PAUTAS DE HIGIENE VOCAL EN NIÑOS CON DISFONÍA
Fosas nasales: mantener la nariz siempre limpia. La respiración cuando se está en silencio siempre debe ser nasal, mientras que cuando hablamos debe ser bucal. Para ello los niños deben saber sonarse de manera correcta la nariz, cómo: cerrar un orificio nasal, coger aire por la boca y expulsarlo por el otro orificio, repetir el proceso cambiando el cierre del orificio.
Tipo de respiración: la respiración correcta para hablar es la de tipo costo-diafragmático- abdominal. Si notamos en el niño elevación del tórax cuando habla, que le falta aire... debemos hacer que pare, se relaje y comience a respirar de manera tranquila. Colocaremos una mano en el abdomen y otra en el pecho y debemos observar que en la inspiración la mano del abdomen sale hacia afuera, la mano del tórax no se mueve y en la espiración, la zona abdominal vuelve a su posición inicial.
Articulación: la articulación del habla ha de ser clara y a un ritmo normal, ni muy rápido ni muy lento, permitiendo coordinar la respiración con la fonación sin forzar la musculatura de la laringe.
Intensidad: hay que controlar el volumen de la voz, no se puede hablar gritando ni fuerte constantemente, pues es un desgaste muy grande para la laringe. Tampoco es bueno susurrar, pues hablar sólo con aire produce un roce en las cuerdas vocales.
Relajación: es importante transmitir tranquilidad y no tensión, crispación o nerviosismo pues se transmite en el aparato fonador haciendo que éste trabaje con mucho esfuerzo.
Evitar toser y aclarar la garganta con mucho esfuerzo, solamente si hay mucosidad laríngea.
Beber abundante agua a lo largo del día hará que la mucosa laríngea del niño esté más hidratada y los repliegues vocales vibren mejor.
Controlar el nivel de ruido ambiental en casa y en el colegio pues los ambientes ruidosos provocan hablar a una intensidad elevada, cosa que hay que evitar.
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